Nacho, trasplantado de médula: “sin las donaciones de sangre yo no estaría aquí”

Nacho, trasplantado de médula

Esta semana, Dona Médula Aragón organiza un concierto benéfico. Dona Médula Aragón se constituye en 2012 para ayudar a personas afectadas por enfermedades como, leucemias, linfomas o mielomas que afectan directamente a la médula ósea, pudiendo llegar a necesitar un trasplante de este tejido para seguir viviendo. Su objetivo es aumentar el número de donantes de médula ósea y ayudar a mejorar el bienestar físico, emocional y social de los enfermos que puedan necesitar un trasplante de médula. El Banco de Sangre y Tejidos es el centro de referencia de la comunidad donde se recogen las muestras de sangre de los donantes que desean inscribirse en el registro nacional de este tipo de donación. El año pasado Aragón contabilizó 155 registros de donantes nuevos y que pasan a engrosar el registro gestionado en nuestro país por la Fundación Josep Carreras. Ignacio J. Garcés forma parte de Dona Médula Aragón.

  -¿Qué situación viviste?

En 2016 encontrándome bien, una analítica periódica de la mutua de trabajo detectó los valores alterados, me derivaron al hospital, me ingresaron y al día siguiente me informaron que tenía una Leucemia Mieloide Aguda, con un 67% de enfermedad, y al día siguiente empecé con 2 ciclos de quimio que redujeron la enfermedad en la sangre. El proceso fue muy, muy duro y casi me cuesta la vida por una infección.

  -¿Necesitaste una donación de médula?

Si, para evitar que la enfermedad volviera, era necesario cambiar la “fábrica de la sangre” que es la médula ósea. Mis familiares no resultaron compatibles y no se encontró donante en España. En febrero de 2017, en Santander me realizaron el trasplante de médula gracias a una donante americana que era compatible.

-¿Cómo te encuentras ahora?

He tenido y tengo diversos rechazos moderados y algunas otras secuelas por las medicaciones, pero 7 años después de mi trasplante de médula ósea sigo vivo, me valgo por mí mismo y puedo disfrutar de la vida con mi familia y amigos.

-Tu caso evidencia la necesidad de la donación de médula, ¿verdad?

Se está avanzando mucho científica y médicamente, cada vez hay mayor supervivencia, pero hacen falta muchos más donantes para tener mejores compatibilidades, que además de salvar la vida, ayuden a que los rechazos sean menores y se pueda mejorar la calidad de vida del paciente trasplantado.

-¿Por qué recomendarías, además, la donación de sangre?

Para poder llegar a un trasplante se necesitan muchas unidades de sangre. En mi caso entre los ciclos de quimio necesité 36 concentrados de hematíes y 37 de plaquetas, eso son muchísimas donaciones de sangre, de muchísimos donantes. Sin la participación de cada uno de ellos yo no estaría aquí hoy. Durante el trasplante otros 8 al menos de cada uno.

  -¿Qué tienen que hacer las personas interesadas?

Lo primero ser donantes de sangre e informarse en qué consiste el proceso.  Si tienen entre 18 y 40 años, en una de las donaciones de sangre se pueden registrar como donantes de médula con una simple analítica de sangre. Si en un momento de su vida resultan compatibles probablemente tendrán que donar por aféresis y podrán salvar una vida como la mía. Un amigo mío se registró como donante tras mi caso y acabo donando médula para otra persona de otra parte del mundo. SALVÓ OTRA VIDA.

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