La entidad confirma su compromiso con la movilidad sostenible y recuerda que forma parte de los organismos que participan en la plataforma Sanidad por el Clima
El aparcamiento cuenta con dos puestos y es de uso gratuito para los donantes que vengan con este tipo de vehículos. Cada dispositivo tiene una potencia de 22 kilovatios y podrá recargar durante el tiempo de donación para el recorrido de aproximadamente 80 kilómetros.
El Banco de Sangre pertenece a Sanidad #PorElClima, plataforma que aúna la comunidad de actores del sector sanitario comprometidos con la sociedad, con nuestro entorno y con un futuro mejor. Su objetivo es acelerar la acción frente al cambio climático del sistema sanitario. En esta plataforma el Banco de Sangre y Tejidos ha compartido hasta cinco noticias que la entidad ha promovido en este terreno.
Se ha mostrado, por ejemplo, el proyecto #donamásvida que se presentó en marzo del año pasado y del que ya se han desarrollado dos ediciones. Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Árbol, con el objetivo de impulsar las donaciones por aféresis y la repoblación de nuestros montes, se han plantado 3.500 ejemplares –como el número de donaciones de plasma y plaquetas de los últimos años- junto al Monasterio de Rueda en el término municipal de Sástago.
El Banco, también, se unió a la Semana Europea de la Movilidad en septiembre pasado difundiendo su aparcamiento para bicis. Entre otros, nos visitó Rubén. Vino a donar sangre, como hace cuatro veces al año, y lo hizo con su bicicleta y contamos su testimonio. Aprovechamos para recordar que esta instalación, junto al parque Delicias de la capital aragonesa, está rodeada de transporte público y que se puede venir en las líneas de bus urbano: 28, 33, 22, 53 y 42.
Además, el Banco también puso en marcha el pasado mes de abril seis puestos para el aparcamiento de patinetes eléctricos a disposición de los donantes en la entrada del edificio.
El Banco de Sangre se siente comprometido con la optimización del consumo energético; de hecho, fue uno de los primeros edificios públicos en recibir una alta calificación energética ya en el año 2018.